jueves, 14 de abril de 2011

La Arqueología Peruana

Me he sentado, trémulo y sin poco verbo luego de haber culminado un escrito para el Diario la República que habla sobre el valor de la inversión en la cultura ancestral y las implicancias favorables para un área resaltante y valiosa de la arqueología como es el valle del Utcubamba. Como casi todos los días muy temprano me he despertado para continuar mis proyectos de lectura y escritos que tengo acumulados, junto al trinar del primer pájaro que canta muy cerca de la habitación, levante la mirada y, junto al librero pude notar que en el calendario esta marcado en un círculo rojo, la fecha 11 de Abril; en ese momento solo atiné a sentir que no podía dejar de pasar aquella fecha tan importante en los últimos tiempos para el Perú, tan crucial para Amazonas; entonces  consideré que debía expresarme públicamente a través de un escrito sobre el día de la arqueología peruana, pero al mismo tiempo tenía que ver si algún medio de prensa me lo publicaba, acompañaba a todas las sensaciones la interrogante  de quién podría interesarse en transmitir sobre el papel y rol de la arqueología?, bien!!, a pesar de eso , me arme de valor y en el silencio de la madrugada  puse mis ideas a trabajar.
¿Por qué debe ser importante decir que el 11 de Abril se celebra el día de la arqueología Peruana?, a quién, hoy, puede interesar  la imagen icónica, mortal  e intelectual del primer arqueólogo peruano el Dr. Julio César Tello a mas de 63 años de su muerte ? y peor aun pensaba ¿Cuántos me preguntarían¡¡ y para que hoy es importante reivindicar el rol y el papel de la arqueología, a quienes le puede servir?,
Sin más apremio y casi a las 6 de la mañana debía empezar a responder algunas de estas interrogantes, sentando frente al papel; para luego buscar su difusión y quizás lo que tenga que narrar pueda interesarle a alguien más. Podría servir a los estudiantes de, Virgen Asunta, del San Juan, del Seminario o del María Auxiliadora, o a cuántos de los estudiantes de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza hay que verdaderamente escuchan y comentan en sus notas de estudios sobre la arqueología en Amazonas y desconocen  esta ciencia, pues podría empezar mencionando que el 11 de Abril se ha convertido en una fecha con pocos rituales y celebraciones en el Perú, y aunque algunos arqueólogos en Museos, Direcciones Regionales de Cultura, Proyectos Arqueológicos, Universidades y centros de formación y capacitación en distintas regiones del Perú suelen remembrar, debo indicar que la importancia de esta fecha resalta en primer término a la figura insigne  de la arqueología peruana, me refiero al Dr. Julio César Tello, nacido en Huarochirí, provincia de Lima el 11 de abril de 1880, tierra mítica y de simbolización de la imaginación oral, “Sharuco”, como le apelaron sus amigos y su familia, jamás imaginó mientras vivía su niñez, libre y a carreras jugueteaba por entre las pircas y los fragmentos de vasijas antiguas preguntándose desde ese entonces quienes lo hicieron?, consecuentemente nunca pensó que 40 años más tarde pudiera ser el pionero en organizar una serie de actividades en investigación y exploraciones en la  búsqueda de los orígenes civilizatorios peruanos, que le llevó a viajar por el Perú y a casi todas sus fronteras.
 Una fecha se convierte en una manera de marcar un tiempo y dejarlo encajonado en el recuerdo, solo asi los humanos podemos demostrarnos que tenemos pasado y que tenemos presente, pues el 11 de Abril trasciende por el incólume Sharuco, Julio César Tello, pero también trasciende por el papel que ha jugado la ARQUELOGIA PERUANA.
Recordé iracundo mis extensas pláticas entre los años de 1995 y 1996 con Jorge Zevallos Quiñones Historiador Lambayecano y catedrático de la Universidad Nacional de Trujillo, quien a pesar de su edad muy avanzada, formó a muchos basándose en el método estricto del manejo de las fuentes científicas; él me habló de Max Uhle, arqueólogo Alemán que desarrollo un exhaustivo trabajo en la costa y sierra norteña, y conjuntamente con Tello dieron los primeros pasos para encontrar por entre los arenales, las quebradas, lomadas e intervalles, que desde su joven edad buscaron incansablemente los orígenes peruanos; y de  sus constantes estudios lograron aportar a comprender  que el origen ancestral del Perú era muy antiguo, tanto, que fue colocado al nivel de las más grandes civilizaciones del mundo Europeo, Oriental y Mediterraneo al mismo tiempo y valor; aun mas, con el rol de Julio César Tello a partir de ese entonces los peruanos  empezamos a mirarnos que nuestro origen es fruto de una dignidad histórica producto de un proceso cultural común, diverso, pero auténticamente propio y regional.
La Arqueología Peruana tuvo varios procesos de desarrollo en el Perú, así desde las décadas de los años 40 y 50 del siglo XX llegaron esos “gringuitos barbados”, con sus camisas color caqui y sus pantalones de drill, que muchos como Junios Bird y Willey hicieron de sus exploraciones y estudios una emoción que lo trasladaron al interés de sus familias desplazándose por los intervalles de Chao, Virú, Moche, Chicama, Lambayeque, etc. Por los años 60 y 70, la arqueología peruana se combinó con las posturas ideológicas y políticas más tradicionales que en aquellas épocas  pululaban arqueólogos que se decían ser Izquierdistas y otros Apristas, aun a pesar de esta imagen nueva que mostraba la ciencia del pasado, no se dejó de continuar el interés por desarrollar entendimientos auténticos y veraces sobre el pasado glorioso, intrigante, pero al mismo tiempo exuberante, que ha rodeado la vida ancestral del Perú Prehispánico. Con todo ello se reconocieron más de una decena de Culturas y Civilizaciones desde las primigenias (9,000 antes de nuestro tiempo) hasta las más tardías (hasta el año 1,475 de nuestro tiempo), recuerdo aun, en mi generación de finales de los 80’ que por esos tiempos se poblaban las costas marinas, los intervalles y las alturas de las serranía de los programas de Arqueología Peruana, las del alma mater, que conjuntamente con extranjeros conjugaban las escuelas académicas Francesa, Inglesa y Alemana que investigaron entre los mantos arenales identificado las civilizaciones y sus vestigios mas monumentales o encontraron los hallazgos más importantes que ha permitido entender la cultura ancestral; con ellos han estado el largo proceso de aporte de la escuela norteamericana en la costa norte, específicamente el mayor esfuerzo científico para comprender las civilizaciones tales como los Mochicas y Chimúes, siendo el “centro científico” las conspicuas ciudadelas de Chan Chan en Trujillo, Farfán en Pacasmayo y Manchan en Chimbote.  
Como dejar de lado el valioso aporte de la escuela científica Japonesa que hizo de su presencia entre los valles Cajamarquinos y Huanuqueños un importante papel para reconocer por entre esas quebradas profundas o pampas extensas la memoria de civilizaciones que las cohabitaron.
Entre los proyectos peruanos de los años 80’ debo destacar que gracias a esas generaciones de arqueólogos regionales se pudieron hacer los más importantes estudios de la cultura ancestral y los más trascendentales descubrimientos, así fue el hallazgo de las Tumbas más significativas, que llevaron a comprender el papel de líderes como el “Señor de Sipan” entendiendo que fueron su clase político-militar y religiosa entorno a los cuales giraron los pueblos antiguos de Lambayeque y del Trujillo prehispánico; tras ello muchos quisieron concentrarse en el material suntuario que albergaba  tan rica Tumba, que hasta hubo una fiebre por descubrimientos de tumbas y joyas, podría decir que algunos arqueólogos por un momento pensaron en hacer a un lado el sentido auténtico del conocimiento ancestral por “el brillo” que opacaba la visión y la mística profesional. Por ese tiempo tanto Universidades capitalinas como regionales asumieron proyectos diversos en cada departamento, asi se fortalecieron los estudios y conocimiento sobre las más importantes ciudades prehispánicas y sus monumentos.
En el departamento de Amazonas ya existía una tradición de visitas, exploraciones y estudios arqueológicos; de los primeros peruanos en interesarse entre los años de 1938 y 1939 fue el él Dr. Julio César Tello en su proyecto Marañón llegando a Balsas y Chuquibamba, antes habían arribado expedicionarios como Wener en 1841 y 1842, Ernest Middendorf en 1881, luego en los años venideros de 1925 llegaría el capitán Francés Louis Langloise y Adolf Bandelier -posterior a él;  los arqueólogos Alemanes Paulin y Henrry Reichlen, conjuntamente con Hans Horkheimer que explorarían ampliamente los valles del Utcubamba y Sonche; por los años de 1970, 1980 y 1990, han sido arqueólogos como Inge Schjellerup, Kauffman Doig, Arturo Ruiz Estrada, y en los últimos años Alfredo Narváez, Sonia Guillén los que han desarrollado estudios uno más formales que otros, unos con mayores publicaciones que otros y unos con una visión más avanzada de la arqueología que otros. ¡Cuánto han cambiado los tiempos Sharuco!, cuanto se ha transformado el papel de la arqueología pero aun mas se ha rediseñado el rol de los arqueólogos.
La arqueología peruana en los últimos 20 años se ha remontado a diversos aspectos, asi la crisis de los años 80 y 90 generó nuevos roles, encontrando la participación de arqueólogos y su praxis conjuntamente con obras de infraestructura de servicios y productos, la minería trajo consigo espacios para muchos de los arqueólogos que encontraron oportunidades y se dedicaron a brindar su experiencia y formación para obras grandes en el Perú (Yanacocha, Cerro de Pasco, Moquegua, etc.), labor que generó nuevos rediseños en la formación y la práctica de la profesión; hasta la fecha casi 80% de ellos trabajan en los más importantes proyectos de exploración y explotación petrolera y minera del Perú, un 10% en obras públicas de carreteras, mejoramiento de agua y desagüe, tendido eléctrico y telefonía participando en los procesos de saneamiento de entidades públicas y privadas;  un 10% laboran en Universidades públicas y privadas, Ministerio de Cultura, sedes regionales y en algunos proyectos de investigación y conservación, asi como en consultorias ligadas al impulso del Turismo.
No sabría como diferenciar el actual estado profesional y laboral de los arqueólogos peruanos, por que en los actuales tiempos no se distinguen mucho, casi están mimetizados entre los estándares profesionales laborales más resaltantes en el Perú, (Ingenieros Civiles, Abogados, Médicos, Ingenieros de Sistemas, Arquitectos, Economistas, Administradores de Empresas, Contadores, Maestros, Policías) siendo a la fecha un promedio de 2,000 profesionales en arqueología- de los cuales 12 arqueólogos están e Amazonas.
Hoy para muchos el papel y rol de la arqueología se ha vuelto práctica y aplicativa, tanto que en su mayoría han encontrado espacios en el saneamiento, quizás esto es bueno para muchos, aunque no forma y dinamiza el desarrollo personal; pues valgan verdades en las universidades peruanas de formación académica ligada a la Arqueología algunos catedráticos orientan que la arqueología debe ser una carrera de aplicación puramente laboral, olvidando la formación científica que fundamentalmente tiene la profesión y que desde este paradigma puede aportar e integrarse al desarrollo social y económico del Perú y sus regiones con mayor sostenibilidad.
Nuevos retos se predisponen para la Arqueología Peruana, mas en los actuales tiempo en el que el País viene pasando por proceso de crecimiento económico- aunque todavía de piso alto para las minorías. En los próximos 20 años venideros debe fortalecerse el papel y rol del arqueólogo peruano por el nivel de conocimientos que maneja, deberá formar parte de los planes de desarrollo y crecimiento socio cultural y económico, tiene la responsabilidad de formar parte del aparato productivo del País, fortaleciendo estrategias de desarrollo en la agricultura, toda vez que el Perú ancestral y milenario hizo de su base fundamental la capacidad tecnológica de ello; deberá permitir que la información y conocimiento de la creatividad y la vida de antiguas “ciudades y poblados” que ocuparon geografías distintas se conviertan y atraigan el interés de nuestra cultura a otros ámbitos, impulsando de esta manera el turismo responsable de su preservación, especializado y planificado. Finalmente, los nuevos compromisos que deberemos asumir los arqueólogos es formar parte de los procesos de planificación y gestión a favor de la inversión pública, privada y del manejo sustentable del patrimonio arqueológico ya no solo en su salvaguarda, sino en promover estrategias que desde este recurso potencial se genere el desarrollo de las regiones y el Perú.
Sigue viva la figura del Julio César Tello, “Sharuco”; seguirá presente el papel y el rol del arqueólogo progresista, moderno y desde una visión de auténtico desarrollo, generador de propuestas útiles para resolver problemas socioculturales, educacionales muchos que tiene que ver con la historia que nos arropa, el mensaje de este 11 de Abril finalmente es el mensaje por reivindicar el papel auténtico de la Arqueología Peruana, al servicio de cada región, departamento y del Perú. 

Por: Jorge Ruiz Barcellos

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